Áreas de Intervención - Artículos - Jornadas Académicas 2017 - Problemas Sociales

jueves, 31 de agosto de 2017

¿Que es Trabajo Social?



Trabajo Social es una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, su objetivo principal es formar profesionales con responsabilidad social, conciencia ciudadana y espíritu investigativo que actúen en los diferentes contextos de interacción de los seres humanos con sus entornos y las estructuras políticas y servicios sociales en el marco de los derechos humanos.
Como datos específicos, es que los estudiantes estén en capacidad de:
Ø  Saber conocer: Las perspectivas teóricas, metodológicas y normativas frente a los derechos humanos, las políticas sociales y el desarrollo humano; como fundamento para conceptualizar la praxis en Trabajo Social.
   Saber  hacer: Intervenciones en las diferentes áreas de la profesión: Protección, Laboral, Familia, Justicia, Vivienda y Territorio, Movimientos Sociales, Salud, reconociendo sus actores y las problemáticas existentes que causan violación a los derechos humanos

Ø  Saber ser un sujeto que: Orienta sus actuaciones públicas y privadas a partir de principios y equitativa.
Ø  Saber convivir: cumple deberes ciudadanos acorde con los principios democráticos y constitucionales de la República del Ecuador.
Ø  Morales y éticos que le permita convivir en armonía y actuar de manera solidaria, justa Su primera maya curricular aprobada en este periodo 2016 está dividida en:Su primera maya curricular aprobada en este periodo 2016 está dividida en:
ü  Materias Básica
ü  Profesionales
ü  Humanísticas
ü  Prácticas y vinculación, que se realizan en cada semestre divididas también en: observación, institucionales, pre-profesionales.
En su segunda maya, aprobada para este periodo 2017 constan:
ü  Asignaturas Unidades Básicas
ü  Asignaturas Unidades Profesional
ü  Asignaturas Unidades Titulación
ü  Prácticas, pasantías y  vinculación.

DE QUE MANERA APORTA LA CARRERA DE TRABAJO SOCIAL A LA INVESTIGACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

La violencia contra la mujer es uno de los principales problemas sociales que atenta contra los derechos y el bienestar integral de las personas.
Las personas profesionales del Trabajo Social, parten de las aportaciones teóricas y prácticas, interviniendo de forma,  familiar, grupal y comunitaria en la que se desarrolla su accionar profesional, aplicando reflexivamente los conocimientos, sociales y éticos que  junto a su compromiso con la acción social y vocación de servicio, le permiten contribuir a la transformación de las realidades sociales complejas y cambiantes.
Las materias de la malla curricular que se vinculan con la violencia contra la mujer  son:

I Nivel
Psicología General
Género y Equidad
Taller de inducción al Trabajo Social

II Nivel
Psicología Evolutiva
Teoría de los Derechos Humanos y Buen Vivir
Taller de observación a la realidad Social Ecuatoriana
III Nivel
Psicología de la Personalidad
Metodología de la Investigación Científica I
Metodología de la Intervención del Trabajo Social I
IV Nivel
Psicología Social
Metodología de la Investigación Científica II
Metodología de la Intervención del Trabajo Social II
Taller de Gestión Comunitaria
V Nivel
Derecho y Constitución
Trabajo Social Desarrollo Local y Ciudadanía

VI Nivel
Génesis de la Familia
Legislación de la Infancia Mujer y Familia
Niñez Familia e Intervención del Trabajo Social
Calidez y Buen trato de los Servicios Sociales
VII Nivel
Psicología de los Recursos Humanos
Estadística Social Computarizada

VIII Nivel
Mediación y Solución de Conflictos


IX Nivel
Modelo de Intervención Institucional


La violencia es sin duda un tema de suma importancia que ha cobrado miles de víctimas en sus diferentes manifestaciones; cada una de estas materias aporta de una u otra forma en la investigación de la violencia contra la mujer, ya que en los distintos niveles de la malla curricular, se estudian materias que dentro de este fenómeno exige la integración del rol profesional competente que generé alternativas de solución de acuerdo a la naturaleza del contexto en que ejerce.

Ante la grave situación de la violencia de género que se está viviendo y su aumento en la sociedad, esta carrera es fundamental para esta problemática.
Situando la prevención como elemento primordial en la erradicación de la violencia de género, las personas profesionales del Trabajo Social pueden desarrollar una tarea esencial en este campo, ya que tiene un papel clave en su detección y en su prevención.

El Trabajador Social va a ser el de “asistir para la prevención, promoción y organización ya sea, individual, grupal o comunitario.  En la búsqueda de la resolución a las necesi­dades que tenga el usuario, por medio de una acción planificada en lo estratégico, organizada en la acción y coordinada en la intervención entre los diferentes sujetos, partiendo de un análisis comprensivo, de los conflictos de la vida familiar, con el fin de encontrar alternativas de solución.

El Trabajador Social  ocupa un importante rol, desde su especificidad, en la intervención de los casos, ya que por su formación puede utilizar estrategias teórico metodológicas que le permiten arribar a un diagnóstico y pronóstico específico para cada caso. Como así también de realizar un acompañamiento en las diferentes gestiones a fin de lograr medidas de protección integral de mujeres víctimas de violencia.

Como estudiante de esta Facultad de Trabajo Social considero que el camino aun es largo y el compromiso arduo, la última palabra la tenemos nosotros mismos, como sociedad y como agentes de cambio social.

lunes, 28 de agosto de 2017

Femicidio un Problema Social


“VIOLENCIA A LA  MUJER”.

La violencia contra las mujeres representa una violación a los derechos humanos y constituye uno de los principales obstáculos para lograr una sociedad igualitaria y plenamente democrática. Por tal motivo, la oacnudh ha asumido el firme compromiso de promover la protección y la defensa de los derechos humanos de las mujeres y de contribuir a la erradicación de esta problemática, la cual representa la forma más grave y extrema de discriminación contra las mujeres.
Desde 2005, la oacnudh ha llevado a cabo actividades específicas de asesoría y acompañamiento1 dirigidas a las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres, especialmente de aquellas que han sido privadas de la vida o desaparecidas
El concepto y el potencial alcance de la figura de feminicidio es complejo, ya que engloba una serie de fenómenos que van desde la violencia sistémica y la impunidad, hasta el “homicidio de mujeres por el simple hecho de ser mujeres”. De forma particular, en los últimos años, activistas y las y los legisladores han vislumbrado la necesidad de tipificar al feminicidio como delito, siendo ésta una medida legal y política que entre otras podría contribuir a la erradicación de esta grave forma de violencia contra las mujeres. Así, recientemente algunos países de la región, como Guatemala y Costa Rica, han tomado la delantera e incorporado en su legislación el tipo penal de femicidio sin que sea posible al momento hacer una evaluación de su impacto. Por su parte, otros Estados han optado por el agravamiento de las sanciones para castigar el homicidio doloso en contra de una mujer, por considerar que ésta es una medida más adecuada que la tipificación del feminicidio/femicidio para atender el problema.

Clases de femicidio/feminicidio: tipologías existentes

Ahora bien, incluso dentro de esta noción “restringida” a las muertes violentas de mujeres, existe debate teórico respecto de la conveniencia de utilizar la misma expresión para abarcar los asesinatos misóginos con características que pueden ser muy diferentes. Ya resulta ampliamente conocida la tradicional clasificación del femicidio o feminicidio formulada con base en las investigaciones de Diana Russell, que distingue entre femicidio o feminicidio íntimo, no íntimo y por conexión. El primero alude a los asesinatos cometidos por hombres con quien la víctima tenía o tuvo una relación íntima, familiar, de convivencia o afines a éstas; mientras el segundo, a aquellos cometidos por hombres con quienes la víctima no tenía dichas relaciones y que frecuentemente involucran un ataque sexual previo, por lo que también es denominado femicidio sexual. Finalmente, el femicidio o feminicidio por conexión “hace referencia a las mujeres que fueron asesinadas ‘en la línea de fuego’ de un hombre tratando de matar a una mujer. Este es el caso de mujeres parientes, niñas u otras mujeres que trataron de intervenir o que simplemente fueron atrapadas en la acción del femicida”

De acuerdo con este Informe, la tipología de los feminicidios se describe de la siguiente manera:

Feminicidio Íntimo Es la privación dolosa de la vida de una mujer cometida por un hombre con quien la víctima tenía o tuvo una relación íntima, de convivencia, noviazgo, amistad, compañerismo o relaciones laborales, de vecindad, ocasional, circunstancial o afines a éstas.

Feminicidio Familiar Íntimo Es la privación dolosa de la vida de una mujer cometida por su cónyuge o cualquier descendiente o ascendiente en línea recta o colateral hasta en cuarto grado, hermana, concubina, adoptada o adoptante, o tenga alguna relación afectiva o sentimental de hecho, sabiendo el delincuente esta relación.

Feminicidio Infantil Es la privación dolosa de la vida cometida en contra de niñas menores de edad [sic] o que no tengan la capacidad mental, ya sea hija descendiente o colateral hasta en cuarto grado, hermana, adoptada, que tenga alguna relación afectiva o de cuidado sabiendo el delincuente esta relación de responsabilidad, confianza o poder que les otorga su situación adulta sobre la minoría de edad de la menor.

Feminicidio sexual sistémico Es el asesinato codificado de niñas y mujeres por ser mujeres, cuyos cuerpos expropiados han sido torturados, violados, asesinados y arrojados en escenarios transgresivos, por hombres que hacen uso de la misoginia y el sexismo, para delinear cruelmente las fronteras de género por medio de un terrorismo de Estado.

Feminicidio por ocupaciones estigmatizadas Si bien las mujeres son asesinadas por ser mujeres, como nos (...) explica la Dra. Monárrez, hay otras que son asesinadas por la ocupación o el trabajo que desempeñan. Ellas son bailarinas, meseras o trabajadoras sexuales. Aunque son agredidas porque son mujeres, lo que las hace aún más vulnerables es la ocupación desautorizada que desempeñan.(...)




80 FEMICIDIOS EN ECUADOR EN LO QUE VA DEL 2017
La Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu) registra también un aumento de femicidios en Ecuador en lo que va de este año. Esta organización contabiliza 80 casos desde el 1 de enero hasta el 22 de junio de 2017. En 2016 anotaron 118 femicidios en total.
De los 80 femicidios en los primeros seis meses de este año, 42 se han registrado en la Costa, 33 en la Sierra y 5 en el Oriente. Guayas con 19, Pichincha con 15, Manabí con 8, Azuay con 7 y Los Ríos con 6 ocupan los primeros cinco lugares, indica César Duque, asesor jurídico de la Cedhu.
De los 80 casos de lo que va del año, 29 estarían en indagación previa (investigación); 30, en instrucción fiscal (investigación del presunto delito por parte de la Fiscalía); dos casos con sentencia ejecutoriada; tres casos con sentencia en apelación; seis casos ante tribunales y en diez casos, los acusados se suicidaron, indica la entidad.
En 2016, en cambio, de los 118 que registró la Cedhu, 65 se dieron en la Costa, 46 en la Sierra y 7 en el Oriente. En este año, la mayoría de casos se registró en la provincia de Pichincha, con 24 femicidios; seguido de Guayas con 22 y Manabí con 15.
De los 118 casos del 2016 hay 20 casos en indagación previa, 30 en instrucción fiscal, 14 con sentencia ejecutoriada, 13 con sentencia en apelación, 18 ante tribunales, una sentencia en casación, un sobreseimiento. También constan dos casos con llamamiento a juicios, que quedaron suspendidos por la fuga del responsable. De ahí, en los 19 restantes, los autores se suicidaron, según la información estadística de la Cedhu.


“LUCHAMOS POR UNA SOCIEDAD LIBRE DE VIOLENCIA”

El presidente de la República, Lenín Moreno, entregará el proyecto de Ley Orgánica de Erradicación de la Violencia contra la Mujer a la Asamblea Nacional, mañana jueves 24 de agosto, a las 11:30, informó la ministra de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, Rosana Alvarado.
La Secretaria de Estado dijo que esta propuesta es parte de la iniciativa del Primer Mandatario para combatir la violencia de género. Este es un paso importante en la lucha por lograr una sociedad más libre.

 “Vamos a estar acompañados de cientos de mujeres, que por décadas lucharon por una ley para erradicar la violencia. Es un momento para reivindicar a las compañeras que fueron parte de colectivos feministas y de organizaciones de mujeres, de recordar a quienes no están y nos hacen falta. Precisamente su memoria nos exige la obligación de tener esta ley, me refiero a las víctimas de femicidios, a los familiares de esas víctimas. A todas las niñas y niños que se quedaron huérfanos por culpa de la violencia machista, por una violencia criminal que se ha ejercido siempre contra las mujeres”, enfatizó Alvarado.
La Ministra se refirió al Código Penal como un avance importantísimo que sanciona, reconoce y establece como delito autónomo al femicidio. “De otra manera los crímenes contra la vida de las mujeres se quedaban escondidos en el general del asesinato o hasta del homicidio. La identificación de este delito y las estadísticas son importantes porque la gente reconoce el problema que enfrenta el Ecuador y el mundo, porque es un flagelo universal sobre la violencia contra las mujeres.”
En este contexto, Rosana Alvarado explicó que la propuesta del Código Penal sanciona al femicida, al agresor. Pero “no es suficiente para decir que se hizo justicia, porque cuando tienes una sanción de 22 a  26 años del femicida difícilmente la madre de una víctima, la hija de una víctima siente que se hizo justicia, porque la mujer está muerta”.
Destacó que entre los beneficios de esta propuesta de Ley se establece mecanismos para identificar otros tipos de violencia, considerando que las mujeres sufren violencia física, sexual, psicológica, patrimonial y simbólica. Alvarado precisó que la Ley reconoce todas estas formas de violencia y establece un sistema de protección con las instituciones del Estado, del Ejecutivo y los gobiernos autónomos.

 Medidas administrativas 

La Secretaria de Estado añadió que el Código Penal al ser sancionador, no era el cuerpo específico. “Ahora planteamos medidas administrativas de atención inmediata, la obligación de que el agresor salga de la casa o del lugar donde se ejerce la violencia, con la intervención de la fuerza pública; la restricción y prohibición de acercamiento del agresor a las mujeres; la custodia, vigilancia el resguardo policial, la intervención de la Policía Comunitaria y especializada en procura de auxilio y atención inmediata a la mujer o a sus hijos”.
La Ministra destacó que el tema de violencia sobrepasa el ámbito de la seguridad ciudadana y llega a la salud pública y a los derechos humanos.
Además explicó que contempla una malla curricular que permita alterar y modificar los patrones preconcebidos en la sociedad.
En cuanto a la intervención de Trabajadores Sociales en los procesos penales está amparada en la Ley de Justicia Penal Juvenil, el  Código de la Niñez y la Adolescencia y  la Ley contra la Violencia Doméstica, las cuales incluyen la atención a víctimas.

 Fuente:
http://www.eluniverso.com/noticias/2017/06/26/nota/6249604/mas-femicidios-se-registran-ahora-sierra-dice-cedhu

http://www.infosal.uadec.mx/derechos_humanos/archivos/15.pdf












Trabajo Social Clínico y Psicología Clínica

LAS DIFERENCIAS ENTRE TRABAJO SOCIAL CLÍNICO Y PSICOLOGÍA CLÍNICA

Este artículo no pretende justificar por qué el Trabajo Social puede llevar a cabo práctica clínica, dado que es una obviedad, únicamente pretender arrojar luz al colectivo profesional español sobre el cómo y el para qué la desarrolla, lo que aportará claridad en cuanto a los límites con otras disciplinas que también llevan a cabo práctica clínica. Pretende además contagiar a las trabajadoras y trabajadores sociales para especializarse en esta rama del Trabajo Social y llevarla a cabo.

¿Qué es el Trabajo Social Clínico?

El Trabajo Social Clínico —en adelante TSC—, según Ituarte (2017), una de las principales exponentes del TSC en España, es:

Una práctica especializada del Trabajo Social y un proceso relacional psicoterapéutico que trata de ayudar a un cliente a afrontar sus conflictos psicosociales, superar su malestar psicosocial y lograr unas relaciones interpersonales más satisfactorias, utilizando sus capacidades personales y los recursos de su contexto  socio-relacional (Ituarte, 2017, p. 20).

La base de conocimientos del trabajo social clínico incluye teorías de desarrollo biológico, psicológico y social; diversidad y competencia cultural; relaciones interpersonales; dinámicas familiares y de grupo; desórdenes mentales; adicciones; impactos de la enfermedad, traumatismo o lesión; y los efectos del ambiente físico, social y cultural (Center for Clínica Social Work, 2007).

¿Qué diferencias hay entre la práctica clínica del Trabajo Social, la Psicología o la Psiquiatría?

Si tenemos en cuenta la realidad científica y profesional desde una óptica internacional, la práctica clínica actualmente es desarrollada por numerosas disciplinas, no siendo un ámbito de actuación exclusivo de ninguna de ellas. Entre ellas se encuentran fundamentalmente: el Trabajo Social, la Enfermería, la Psicología, la Psiquiatría y la Educación Social. — puedes ampliar la información con este artículo sobre la Práctica de la Psicoterapia desde el Trabajo Social. 

Una cuestión que ocupa parte del discurso profesional es la diferencia que existe entre la práctica clínica de un profesional de Trabajador Social y, por ejemplo, uno de la Psicología. La respuesta es sencilla: que uno es trabajador social y el otro es psicólogo.





Cada una de las disciplinas científicas cuenta con una serie de variables que condicionan y modulan su práctica, haciéndola singular y diferente al resto. Lo que sucede es que estas variables suelen estar implícitas en la práctica y, por lo tanto, son más difíciles de percibir que otras variables como la técnica. Dentro de estos condicionantes están la historia y evolución de la profesión, los valores, las filosofías y teorías que han influido en su desarrollo, las instituciones y políticas que configuran la estructura profesional y los programas educativos en cada país, entre otras.

Sin embargo, la diferencia más sustancial se encuentra en el objeto. En el caso de la Psicología, es el estudio de la conducta en diferentes ámbitos; la Psiquiatría, lo síntomas y trastornos; y el Trabajo Social, la interacción sujeto-ambiente.

A nivel metodológico y técnico —que es lo más visible a los ojos de la gente— puede no existir diferencias sustanciales en la práctica clínica de tres profesionales de diferentes disciplinas interviniendo con un conflicto familiar desde el modelo sistémico, o con un trastorno de ansiedad desde la Terapia Breve Estratégica. La diferencia radica en lo que no se ve: lo ontológico, lo epistemológico y lo deontológico, que, al fin y al cabo, es lo sustancial. “Lo esencial es invisible a los ojos” (El Principito).

De este modo, y teniendo en cuenta que el objeto del Trabajo Social es tanto el individuo y el ambiente, como la interacción entre ambos, su práctica clínica tiene un carácter profundamente ecosistémico y construccionista. Así, un trabajador social clínico, raramente intervendrá con un caso de anorexia sin hablar de los roles y estereotipos de género, de machismo y patriarcado; o con un caso de depresión por homofobia sin tratar asuntos como las relaciones familiares, la influencia de la opresión en la conducta humana y los derechos humanos; o un caso de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, sin hablar de la construcción social del concepto de la normalidad – patología, o las deficiencias que existen en el sistema educativo que no consiguen integrar a la diferencia. Estas variables, esenciales pero invisibles, se traducen en importantes diferencias en la práctica clínica del Trabajo Social con respecto a la de otras disciplinas, principalmente en: el cómo se ve a la persona, cómo se lleva la relación terapéutica, cómo y dónde se sitúa el problema y cuáles son las soluciones al mismo. 
 El trabajo social clínico contemporáneo está caracterizado por la perspectiva epistemológica Persona en su Ambiente —PEA— y el uso de modelos definidos como holísticos (Regalado, 2017). La perspectiva PEA, es definida por la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales de EE.UU como: la forma de ver a la persona como parte de un sistema ambiental, que engloba las interacciones recíprocas entre la persona, sus relaciones y el ambiente físico y social (National Asociation of Social Work, 2005).

Un trabajador social clínico, tratará el malestar psicosocial de la persona, integrando indudablemente a la justicia social, los derechos humanos y la democracia; a la concientización, la movilización y la organización social; el uso de los recursos sociales disponibles en el entorno para lograr los objetivos.  Realizará intervenciones en contextos de despacho, en el hogar de las personas y también a las plazas y parques, porque así lo ha hecho a lo largo de su historia. Y otras disciplinas podrán hacer lo mismo, pero nunca será parte de su objeto de estudio e intervención. Y esto es lo que hace diferente a la práctica clínica del Trabajo Social; que no mejor ni peor, simplemente diferente.
¿El Trabajo Social Clínico se desarrolla únicamente en el campo de la Salud mental?

Uno de los errores comunes que existen es confundir el TSC con una práctica dirigida exclusivamente a problemas de salud mental - psiquiatría o ubicada dentro del ámbito público de salud. Nada más lejos de la realidad. Partiendo de la definición de lo clínico que enuncia este artículo, el TSC es trasversal a todos los campos y colectivos de intervención. El TSC estará presente en todo contexto donde existan estos tres ingredientes:
1.      Personas
2.      Un/a profesional formada y capacitada en la práctica clínica del Trabajo Social.
3.      Contexto donde se ofrezca un servicio dirigido, como fin último, a que las personas aumenten su bienestar psicosocial.
¿En cuántos campos de intervención se dan estas condiciones? Muchos: en el Trabajo Social desarrollado en Servicios Sociales, Salud, Educación, Salud Mental, Bienestar Familiar y de la Infancia, Trabajo Social en Empresa, Práctica Privada, etc.

¿Es reciente la práctica clínica del Trabajo Social?

En absoluto. El TSC es el resultado de la evolución e integración de diferentes escuelas y métodos desarrollados en Trabajo Social a lo largo su historia, y concretamente, el trabajo social de casos —casework—, trabajo social de grupos, organización social comunitaria y de la terapia familiar (Northen, 1995). Por lo tanto, la práctica clínica dentro del Trabajo Social es tan antigua como sus orígenes. Las primeras definiciones de TSC se remontan a las aportaciones de Gordon Hamilton en los años 60, no obstante, se encuentra implícito desde el surgimiento de la profesión. Mary Richmond, quien fue la primera trabajadora social clínica (Huaiquiche y Bastías, 2016) aunque no se definiera como tal, en sus obras maestras, Social Diagnosis y Social Case Work (Richmond, 1917; Richmond, 1922), prescribía al colectivo profesional el conocimiento tanto de la situación —dimensión ambiental— como de la personalidad —dimensión subjetiva—. Esto quiere decir que ponía acento en lo clínico. 

En relación a este asunto, existe un dato que es muy importante tener en cuenta, y que desconocen muchos profesionales del trabajo social y de otras disciplinas: el Trabajo Social es y ha sido una disciplina tremendamente influyente en la creación y desarrollo de numerosas escuelas psicoterapéuticas. De hecho, las madres y padres de numerosas escuelas fueron trabajadores y trabajadoras sociales. Hablamos por ejemplo de:
·         Virginia Satir, una de las precursoras de la Terapia Familiar, co-fundadora del Mental Research Institute" en Palo Alto, California.
·         Steve de Shazer, creador de la Terapia Centrada en Soluciones.
·         Michael White, padre de la Terapia Narrativa.
·         Mónica McGoldrick, creadora del famoso Genograma, tan importante en la escuela sistémica. Además es directora de Multicultural Family Institute en Highland Park, New Jersey, y también fue profesora de Clínica Psiquiátrica en Facultad de Medicina de Robert Wood Johnson

Otras personalidades del trabajo social influyentes en el desarrollo de la psicoterapia han sido: Insoo Kim Berg, Peggy Paap, Lynn Hoffman, y un largo etcétera.  
El TSC en la actualidad cuenta con un gran aval en todo el mundo, existiendo numerosas entidades oficiales, asociaciones y revistas científicas, así como una importante producción teórica y empírica. La  mayoría de las obras se encuentran en lengua inglesa, lo que ha dificultado el acceso al colectivo hispanohablante y, por lo tanto, la visibilidad del TSC. Sin embargo, cada vez es mayor la cantidad de publicaciones en castellano, provenientes de países como Puerto Rico, Chile y Perú, y también desde España. Espero que esté cerca la creación de la primera Asociación Nacional de Trabajo Social Clínico de España. 


La primera obra en castellano sobre TSC fue escrita por Amaya Ituarte en el año 1992: Procedimiento y Proceso en Trabajo Social Clínico (Ituarte, 1992). Esta autora, ha coordinado una nueva obra, publicada este año, denominada Prácticas del Trabajo Social Clínico, donde he tenido el placer de participar con un capítulo sobre Evaluación y Diagnóstico Clínico. Es la obra en castellano más actual sobre TSC. Se trata de un compilado en el que participan once autores, donde se analiza la actualidad y pertinencia del TSC, los modelos teóricos que sustentan las prácticas clínicas, la construcción del contexto de intervención profesional y el diagnóstico.

¿El TSC en España es una práctica reciente?

El TSC en España ha estado presente desde que surge la profesión en el país, allá por los años 30 del siglo pasado. No obstante, nunca fue reconocido como tal y fue llevado a cabo por una parte minoritaria del colectivo profesional. La otra gran parte se ha basado en modelos asistencialistas-prestacionales, debido a circunstancias históricas y políticas.

En España el Trabajo Social como disciplina llega en los años 30. No obstante, su expansión se produce entre los 60 y los 70, momento en el cual se produce la Reconceptualización en la profesión. Este movimiento reivindicó que la intervención del Trabajo Social ha de centrarse en las estructuras sociales y la organización comunitaria —lo macrosocial— dejando en desuso la intervención directa con las personas. Por lo tanto, el Trabajo Social en España se desarrolla de mano y bajo el paraguas de las ideas inspiradoras de la Reconceptualización. Los años de aislamiento durante la dictadura militar y el posterior desarrollo del sistema público de servicios sociales, principal empleador de la profesión, contribuyó a relegar a un plano casi inexistente al TSC. Esta vertiente de la profesión desapareció  de todos los contextos, incluso de las Universidades, excepto de algunos sectores del Trabajo Social Sanitario y Psiquiátrico.

Desde hace aproximadamente dos décadas, y como respuesta a la configuración de las nuevas problemáticas sociales, complejas y heterogéneas, resurge con fuerza el TSC en España. Y así lo indica el aumento progresivo de las publicaciones y artículos, de la cantidad de profesionales con estudios de posgrado de tipo clínico y ejerciendo práctica clínica, tanto en contextos públicos como privados.

En España aún no disponemos de un Título de Posgrado en TSC, a diferencia de otros países, por lo que el colectivo profesional ha tenido que desarrollar su propio currículo recurriendo a formaciones de posgrado diversas, principalmente en escuelas de psicoterapia concretas —sistémica, narrativa, psicodinámica, Gestalt, etc. —, en Trabajo Social en Salud Mental, Trabajo Social Psiquiátrico o Trabajo Social Sanitario. Ahora hemos de lograr un posgrado específico en TSC, para luego poder optar a la regulación y, de este modo, obtener la legitimidad social que merece la profesión en su rol clínico en nuestro país.

Referencias. 

        Barría, D. (2017). Trabajadores sociales que han influido en la historia de la terapia familiar.Inédito.         
        Center for Clinical Social Work (2007). Standards and indicators for Cultural competence in Social Work Practice. Recuperado de https://www.socialworkers.org/practice/standards/NASWCulturalStandardsIndicators2006.pdf  
        Conde, R. (2006). Teoría y práctica socioeducativa del Trabajo Social Experimental. Valencia: Tirant to Blanch.
        Huaiquiche, T. y Bastías, C. (2016). Trabajo social y práctica clínica individualizada-familiar en salud mental: una mirada analítica y sociohistórica. Revista Electrónica de Trabajo Social, Universidad de Concepción, 3, 33-50.
        Ituarte, A. (1992). Procedimiento y proceso en Trabajo Social Clínico. España: Siglo XXI.
        Ituarte, A. (2017). Actualidad y pertinencia del Trabajo Social Clínico. En A. Ituarte, Prácticas del Trabajo Social Clínico (p. 19-43). Valencia: Nau Llibres.
        National Asociation of Social Work, (2005). NASW standards for clinical social work in social work practice. Washington DC. URL: https://www.socialworkers.org/practice/standards/naswclinicalswstandards.pdf
        Northen, H. (1995). Clinical social work. Knowledge and skills (2º Edition). New York: Columbia University Press.